Nuevo informe sobre el comercio ilícito de tabaco
La organización Transcrime ha presentado un informe revelador que destaca que el comercio ilegal de tabaco en España representa un 8,8% del consumo total, unido a que el 3,3% consultado reconoce que compra o ha comprado alguna vez tabaco de contrabando.
El informe, elaborado por Transcrime -centro de investigación de crimen transnacional de la Università Cattolica del Sacro Cuore de Milán, Italia- se presentó durante la última semana de octubre aportando más información en el marco del Protocolo para la eliminación del comercio ilícito de productos de tabaco. Tal y como publicamos en una entrada anterior, este Protocolo persigue la creación de un sistema de seguimiento a nivel global de las cadenas de suministro del tabaco, con el fin de erradicar el comercio ilegal de éste.
El estudio no sólo recoge datos sobre el tráfico ilegal de tabaco, sino que también arroja información realmente sorprendente: en España, el tráfico ilegal está parcialmente aceptado por parte de la sociedad. Así lo demuestra el 40% de los encuestados, que admiten y justifican el contrabando de tabaco, e incluso un 12,4% considera que comprar tabaco proveniente del tráfico ilícito es correcto.
Sorprende mucho más el resultado al que llegan los expertos del informe: parte de la sociedad española concibe el contrabandista como “una víctima social que lucha por sobrevivir, preocupado por proteger a su familia y es un benefactor social, porque ayuda a los demás a poder seguir fumando en tiempos de crisis económica”.
Hay que destacar que la actual situación económica provoca una elevadísima tasa de paro, y más del 22% de los españoles fumadores que se encuentran en riesgo de pobreza buscan productos más baratos. Es en este momento cuando encuentran justificado el tráfico y la compra de tabaco ilegal.
Francesco Calderoni, investigador del equipo que elaboró el informe, destacó que «en 2013 hubo un crecimiento del contrabando de entre un 8,8% y un 11,75%. La crisis económica y el desempleo han reavivado las antiguas redes de contrabando de tabaco».
En cuanto a cifras del tabaco ilegal que se encuentra en circulación en España, un 55% corresponde a marcas blancas, lo que significa que en España fueron consumidas durante el 2013, unas 2.500 millones de unidades. El informe precisa que el precio de venta medio fue ridículo: 2,5 euros por unidad, casi la mitad de lo que cuesta una cajetilla en el mercado legal.
El informe recoge también datos de la Policía Nacional, y destaca que «existe una relación entre el crimen organizado, el contrabando y falsificación del tabaco».
Ernesto Savona, otro investigador del equipo, afirmó que «el contrabando de tabaco reduce la efectividad de las políticas de control, disminuye los ingresos procedentes de impuestos y favorece la aparición de grupos terroristas».
Por último, los investigadores del informe concluyen y a su vez destacan que el problema del contrabando de tabaco en España reviste especial complejidad debido a su situación geográfica y a las fronteras con Andorra y Gibraltar, lugares donde el tabaco es bastante más barato, favoreciendo la introducción ilegal en el mercado.