¿Qué es el fondo de comercio y por qué es importante?
Seguramente, si eres propietario (o lo has sido) de algún pequeño negocio, hayas oído hablar del fondo de comercio. Si nunca has escuchado estos términos o no conoces el significado, quizá te interese conocer cuál es la definición y cómo puede afecta a las pequeñas y medianas empresas. El fondo de comercio es un activo intangible. No queremos decir que no sea real, es muy real, pero no se asocia a algo material.
Y podríamos describirlo como aquel tipo de plusvalía que va más allá de la suma de los activos tangibles o visibles de una empresa. Dicho de otra manera, dos tiendas de ropa pueden tener los mismos gastos, el mismo tipo de instalaciones o el mismo equipo número de empleados pero una de ellas puede tener un valor mayor. Las razones de esta diferencia pese a compartir los mismos valores tangibles pueden ser, por ejemplo, la reputación de la marca, la base de clientes, el perfil de sus empleados, etc. En otros sectores también podrían ser las patentes o tecnología patentada. Todo ello sería el fondo de comercio.
Más allá del valor contable
El fondo de comercio se puede asociar muy directamente a un valor contable cuando una empresa (pequeña o grande) adquiere a otra. La diferencia de la suma de los valores tangibles (ya sean pasivos o activos) con el precio de compra final, ese valor de más que tiene esa compra, es el fondo de comercio. Como decíamos, el fondo de comercio es todo aquello que trasciende de lo meramente material y que es el valor intrínseco de un negocio.
Por ejemplo, una tienda que incorpore un escaparate digitalo una pantalla para escaparate en su entrada probablemente verá aumentado el número de compras en el establecimiento. Y ese aumento difícilmente equivale solo a un importe concreto derivado de las compras de más que realiza o del valor material del escaparate digital. Los clientes, además de comprar más, perciben en esa marca una voluntad de innovación y de modernidad que tiene que ver con la reputación.
La eficiencia como fondo de comercio
Hemos hablado de que el valor de la reputación de la marca, la calidad y fidelidad de la base de clientes, pueden ser algunos ejemplos habituales del fondo de comercio. A esto también hay que añadir otro elemento que también es clave en un negocio: la eficiencia.
Siguiendo con los ejemplos, la panadería A y B pueden compartir unos activos y pasivos iguales, incluso una reputación de marca similar y una base de clientes parecida. Sin embargo, una gran cadena de panaderías estudia la compra de ambas y hace una propuesta de precio para la panadería A un 20% superior a la de la panadería B. Esto se debe a que el fondo de comercio de una y otra puede ser muy diferente. ¿A qué se debe esta diferencia entre una y otra? A la eficiencia.
La panadería A es capaz de gestionar encargos, de preparar pedidos y de despachar de forma más ágil a sus clientes gracias a su TPV táctil. Esta ventaja derivada del fondo de comercio de una empresa sobre otra es tomada en cuenta por el mercado cuando hace una oferta de compra. Además, como extra si instalas un cajón inteligente de cobro o caja registradora automática la eficiencia se multiplicará x3.
Conocer tu fondo de comercio es necesario no sólo cuando estés pensando en vender tu tienda o comprar otro negocio. Es importante también para evaluar adecuadamente las ventajas competitivas de tu establecimiento. En los ejemplos que hemos puesto, algunos de estos comercios han sabido invertir en equipamientos que mejoran su fondo de comercio como el escaparate digital o el TPV táctil y les permiten ir un paso por delante de su competencia. Invertir significa precisamente eso: adquirir un bien con el que esperas obtener una rentabilidad presente y futura.